Como es sabido; el arte Santandereano ha sido
invadido una vez más por la banal manifestación de la mediocridad, al parecer y
muy conscientemente, han convocado a los grandes Maestros que sobresalen en
nuestra ciudad; es así, que con el orgullo latente que aflora sobre el humo
bumangués, representaron una plaga de hormigas y las ubicaron en el centro de
Bucaramanga. Contemplando desde un punto de vista coherente y sensato, podemos
afirmar que: no sólo han estropeado la arquitectura de la calle 35, sino que
también en medio de su marchito conocimiento, decidieron maltratar el carácter
estético de sus habitantes y a su vez, están ofendiendo la capacidad de
representación en la que se puede defender sin mayor esfuerzo un artesano sin
título, pero con mucha destreza y belleza, como lo hacen los artesanos
bumangueses.
Es conmovedor ver cómo la pereza, acompañada
del “todo vale” decide en las manos de dichos Maestros, es muy triste admirar
las enseñanzas que sobresalen con el bello acto de caminar por nuestra Ciudad,
observando y sintiendo el asco que producen dichas esculturas; al mismo tiempo,
las interrogaciones acechan sobre mi cabeza y me cuestiono por el simple hecho
de haber nacido acá. ¿Parece que nuestras limitaciones descansan en un
conformismo estético? y que ¿nuestras miradas reposan cuando la firma de
numerosos maestros calla nuestra ignorancia académica?, no lo sé; pero es
evidente advertir que estás imágenes huelen a una cultura putrefacta y que ésta
plaga pretende destruir nuestra infinitud creadora, enseñando valores anti
éticos y desdeñando la comprensión por la línea, la forma el volumen y el
color.
2016
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