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martes, 7 de abril de 2020

ARTÍCULO PROVENIENTE DE UNA BELLA MIRADA NOCTURNAL, CUANDO DESBORONA TODA SUSTANCIA CREÍBLE EN LOS CUERPOS


Muchos dicen que fue descrita en la naturaleza de la noche, otros cuentan que se desplegó cuando las sílabas cantaban en el acorde de la mesa y que manipularon los vientos para desechar todo naufrago del desierto; desmoronando los pinceles del ensueño e interpretando los dibujos escondidos, para cuando el pasto hable de murmullos cristalinos y pueda descubrir a los astros caminando con el fuego nocturnal de los tiempos.
Los rincones se han dormido y la tenue brizna de las ocho acaricia al sordo manantial en otoño, nuevamente el seco y distante manifiesto de mis alas, encubre cada grano de temblor producido por la ira de tu lira y cantan los himnos cuando vuelo… Apolo, Palas, Hefesto y Dionisio.
Una vez caminaron junto a la hoguera de mis poros y los ciegos admiraban a la inquieta exclamación que producía los vientos, se encendió calladamente el espejo de la metamorfosis rocosa; el mediodía estaba en la casa de Alfonso y el viejo Andrés alimentaba al gato calvo con algún cebo recolectado en la madrugada de septiembre. Brillo y luz, sombra y penumbra, éstos fueron los principios básicos de todo horno, de cualquier argumento que descendiera de la innombrable lejanía de los sueños, y también éstos son los acordes de los que habla el ocaso en Agosto; sí, del mismo modo en el que la esfera y el circulo rondaban sobre el papel gastado y el triángulo con el cuadrado enfatizaban sobre el blanco y el negro, sobre el gris y el resto.
En el mes siguiente; corrían con las manos entre líneas y pescaban alguna gota de silencio con la lluvia y el suelo estaba frío entre la niebla, ella abominaba su cabeza en las hojas húmedas, y más tarde fue encontrando cerezas inexistentes entre versos y partículas pasajeras; como era esperar, la caza fue suspendida por que todos veían las letras sobre la tierra y nunca emplearon el insaciable aroma del melón maduro sobre la mesa, particularmente se alimentaron con los ojos irritados y nuevamente creyeron que mi dibujo era un acto de injusticia, que mientras yo insultaba al obeso de conocimiento, el frágil de cerebro esperaba respuesta de mis lienzos. ¡No! es inoportuno escribir para que el horizonte caiga en tus manos, es inadecuado y triste saber que se me ha entendido, y más aún; es deprimente olfatear cada alago de tu detestable lengua, o labios, o pasos y si se han marchitado los lienzos, es porque deben esperar otros setecientos tantos para que desemboquen mis palabras sobre las hormigas apropiadas, como mi lápiz lo ha hecho ésta misma mañana cuando se acabó la semana pasada... y nunca dijiste nada.


2014

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